por Licenciado Alberto Buela
Hagamos el ejercicio de imaginación que este breve artículo es el resumen de una futura novela, que si non e vero e bene trovato.
Me dirá el lector: ¿Ud. tiene pruebas?. No, no las tengo. Sólo tengo indicios y me manejo por inferencias. ¿pero, Ud. es un arbitrario, un infundado?. Puede ser, pero déjeme seguir. Total si lo que sostengo no es verdad, puedo escribir luego una novela.
El rompehielos Irizar es la nave emblemática de la Armada argentina. El provee el 95% de todo el apoyo logístico que necesitan nuestras bases de la Antártida. El era el único rompehielos de su tipo en Suramérica y que no posee ninguno de los países centrales. El era el que le daba continuidad a los 102 años de ocupación permanente de la Argentina en el Continente Blanco y podía hacerlo durante casi todo el año.
El rompehielos Irizar se incendia en la sala de generadores quedando inutilizados al mismo tiempo, tanto su sistema de energía como su dispositivo de lucha contra incendios. Se incendia justo en el punto neurálgico del buque.
Además, el rompehielos Irizar no se incendia en la Antártida donde seguramente habría habido víctimas mortales, el buque no se incendia cerca de Malvinas donde se podría suponer una interferencia inglesa. Tampoco se incendia cerca de la base General Belgrano desde donde se podría haber apagado el incendio rápidamente. Nada de esto ocurrió.
El rompehielos Irizar se incendió delante del último puerto de marítimo accesible, Puerto Madryn, para que todos los pasajeros pudieran llegar sanos y salvos y no se tuviera que lamentar ningún muerto. Pero al mismo tiempo que el buque quedara destruido por el fuego. Es decir, se cometió un atentado perfecto. Sin víctimas, sin daños colaterales como producen los yanquis, pero con la destrucción del objetivo. Un típico atentado inglés.
Un atentado en donde todos son héroes, los pasajeros, la tripulación y hasta el capitán que se quedó en el barco, pero el poncho no aparece, como diría el paisano.
Algunos datos para la inferencia del lector. En casi todos los viajes que realizó el Irizar en los últimos tiempos, vaya saber uno porqué convenio estulto, viajaban un par de oficiales de la marina chilena. Esto lo sabemos porque lo hemos comprobado a través de un gran amigo que viajó el año pasado a la Antártida, quien nos llamó la atención al respecto.
¿Bajo que criterio militar y geopolítico puede la marina argentina dejar viajar en su barco emblemático, que con su solo navegar afirma nuestros derechos en la Antártida, a marinos chilenos cuando se sabe que la Armada chilena es enemiga, como lo probó su colaboración con los ingleses en la guerra de Malvinas?. Solo bajo el criterio de “la política Alicia”. ¿Es tan difícil y arbitrario inferir que los asiduos viajeros chilenos realizaban actos de espionaje para ellos y sus aliados?. ¿No es demasiada casualidad que el rompehielos se incendie en su punto más débil y en la ocasión más propicia?
Claro está, no tenemos pruebas. Es una temeridad de nuestra parte, pero el hecho está consumado, alea iacta est. El hecho bruto y cruel es que Argentina perdió su nave insignia del Atlántico Sur.
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